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Cuando nos nombran la palabra BARROCO, generalmente hacemos una analogía mental con el lujo y la sofisticación, pero también hay quienes lo relacionan con el estilo rococó, con lo recargado, desmesurado e irracional. Esta corriente influyó en el arte, la arquitectura, la música y la literatura entre los siglos XVII y XVIII. Hoy esta tendencia se impone en las principales pasarelas del mundo de la moda, y de ahí trasciende hasta uno de los grandes acontecimientos en la vida de la mayoría de las personas: LA BODA.
Decorar y ambientar una boda con un estilo barroco no significa que ésta se vea antigua. La decoración barroco chic trata fundamentalmente de un estilo decorativo de formas recargadas, elaboradas y caprichosas, donde los cristales, las velas y sobre todo los grandes jarrones desbordantes de flores son los protagonistas. Se puede lograr mezclando elementos y estilos, pero el resultado final puede verse muy moderno y contemporáneo a pesar de ese aire antiguo y lleno de sofisticación que significa lo barroco.
En el estilo barroco chic los accesorios principales son las esculturas, las alfombras, los cojines, tapices, telas gruesas como el terciopelo o el brocado, faroles, cuadros, pequeños cofres o cajas de madera, jarrones y candelabros.
Para lograr un estilo barroco es necesario apostar por los colores profundos como los rojos, azules o verdes muy oscuros y darle gran importancia a tonos dorados y plata, utilizando diversidad de materiales y texturas como: cuero, metales y madera.
Si bien el barroco está muy definido en un lapso de la historia universal, al momento de utilizar éste estilo en una boda, se pueden mezclar diferentes épocas, culturas o etnias, combinando objetos antiguos y objetos de vanguardia. Otro truco para lograr un estilo barroco chic es jugar con las formas redondas y rectas.
Espejos, jarrones y candelabros se pueden utilizar en tonos plata y dorado, y para las novias más modernas algunos acentos de color morado o rojo son ideales. El terciopelo, la seda, la organza y el satén se pueden usar para aportarle brillo y textura a las mesas de los invitados.
El barroco chic permite a las futuras novias soñar con grandes, elaborados y voluminosos trajes de novia. Claro que también el barroco chic puede adaptarse a una mujer un poco más conservadora en sus gustos, retomando trajes con cortes más tradicionales, como el imperio o línea A, y utilizando telas elaboradas y suntuosas.
El romanticismo de las rosas le otorga carácter a los centros de mesa, que en la noche pueden ser complementados con tiras de cristales y velas.
El cotillón del baile también puedes darle el toque barroco, con máscaras de época, abanicos y sombreros para invitadas en la línea de esos años de María Antonieta.
Como sugerencia, este estilo es ideal para una boda de gala en las horas de la noche, donde las invitadas puedan lucir sus mejores trajes, siempre largos; con peinados y maquillajes más elaborados. Los hombres por su parte deberán asistir de esmoquin. El traje ideal para el novio es un frac, máxima prenda de gala masculina.
En resumen este tipo de estilo, en una boda, da pie para una celebración muy sofisticada donde prime la elegancia y la gala a alto nivel. Este es un tipo de boda totalmente alejada de lo minimalista y lo ecológico. Aquí hay lujo, brillo, pomposidad y realce a lo exquisito, aunque no necesariamente ha de costar una fortuna.