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Los esmaltes dan un aspecto cuidado a las manos, pero hay formas más naturales de lucir unas uñas bonitas. Si los usas, conviene elegir los menos tóxicos y dejar descansar las uñas de vez en cuando.
La costumbre de pintarse las uñas viene de antiguo, pero fue a principios del siglo pasado cuando se lanzaron las lacas de uñas tal como las conocemos hoy en día y su fórmula se basaba ¡en las fórmulas de las pinturas de coche!
Así que poco tienen que ver nuestros esmaltes de uñas con lo que utilizaban los egipcios, que se pintaban las uñas con henna; los romanos, que se valían de extractos vegetales, o la realeza china, que se ponía polvo de oro.
Hoy, cuando buscamos en un pintaúñas, queremos que sea un productofácil de extender, que no gotee, que forme una película de color uniforme, que se seque rápido y se mantenga un tiempo más o menos prolongado. Los diferentes laboratorios llevan años tratando de encontrar la fórmula perfecta.
DE QUÉ ESTÁN HECHOS LOS PINTAÚÑAS
Para que los pintauñas tengan las características que buscamos se recurre a diferentes sustancias en su composición:
Como ingrediente mayoritario se precisa un disolvente que permita la extensión correcta del esmalte.
Para que se evapore rápido y la laca se seque se ha empleado durante mucho tiempo tolueno. Pero debido a sus efectos tóxicos se va sustituyendo por los acetatos de etilo y butilo.
Las resinas y los polímeros son los responsables de formar una película y aportar fluidez a la fórmula. Lo más frecuente es que se incorpore para ello la nitrocelulosa, que salvo casos aislados está exenta de toxicidad.
Los plastificantes se emplean para evitar que los pintaúñas se descascarillen y para dar brillo a las uñas.
Aunque los ftalatos todavía se encuentran en muchos productos, se van supliendo por otros polímeros menos dañinos.
Por supuesto, también se integran en las fórmulas pigmentos de color.
QUÉ INGREDIENTES DEBEMOS EVITAR EN LOS ESMALTES DE UÑAS
En la actualidad, en el mercado español, no existen lacas de uñas que cumplan al 100% los requisitos de la cosmética natural, pero sí se puede y se aconseja elegir aquellas que no contengan en su fórmula sustancias que han demostrado su toxicidad, como por ejemplo:
Los ftalatos. Producen alergias dermatológicas, problemas respiratorios y, cuando penetran dentro del cuerpo, pueden llegar a causar mutaciones genéticas y procesos tumorales.
El formol o formaldehído. Con el tiempo colorea las uñas de amarillo. Cuando se inhala resulta irritante para la piel y para el sistema respiratorio.
El tolueno. Actúa como disolvente. Por ingestión produce mareos y vómitos. Por inhalación, trastornos respiratorios. Puede acumularse en el hígado y sobre la piel resulta muy irritante.
En muchas situaciones, las reacciones adversas no se dan directamente en las uñas, que son poco permeables y no absorben lo que se pone sobre ellas, sino que los problemas se producen al llevarse las manos a la cara con las uñas pintadas, y, sobre todo, a la boca y a los ojos, zonas mucho más sensibles.
Al acercar la cara para pintar las uñas, ya sea de las manos o de los pies, aumenta el riesgo de inhalación y contacto con el producto, y, por lo tanto, el riesgo de efectos perjudiciales en el organismo.
CÓMO ELEGIR UN ESMALTE MÁS “NATURAL”
Cuando algunos fabricantes empezaron a eliminar estos ingredientes se etiquetó a estos productos como “3-free”. Luego surgieron productos “5-free”, “7-free”…, en alusión a la eliminación de otras sustancias (gluten, ingredientes de origen animal, parabenes, perfumes, alcanfor, xileno…), pero no hay una regulación sobre estas denominaciones y no siempre significan lo mismo.
Las personas con problemas de intolerancia absoluta a los esmaltes de uñas pueden pulirse las uñas suavemente con una lima y dotarlas así de un brillo similar al de un esmalte.
Si decides pintártelas, elige un esmalte con el menor número posible de ingredientes tóxicos, evitando al menos los tres que hemos mencionado.
Te las pintes o no, las uñas requieren unos cuidados constantes que te ayudarán a mantenerlas sanas y bonitas.
REMEDIOS CASEROS PARA LAS UÑAS
Las uñas crecen lentas: las de las manos tardan medio año en desarrollarse del todo, y las de los pies, alrededor de año y medio. Por ello, cualquier cuidado que se lleve a cabo ha de ser constante: los efectos de un buen cuidado se notarán con el paso del tiempo.
Sumerge las uñas en aceite de almendras tibio durante unos diez minutos. Las nutre y fortalece.
Si añades unas gotas de zumo de naranja a este aceite de almendras, les aportarás además elasticidad y brillo.
Para eliminar las pieles muertas de alrededor de la uña puedes realizar un pequeño peeling usando ese mismo aceite mezclado con algo de azúcar.
Para aclarar el color de las uñas y eliminar manchas, mezcla levadura en polvo y zumo de limón.
ELIGE UN QUITAESMALTE NATURAL
Al retirar las lacas también se debe prestar especial atención a los peligros de los quitaesmaltes. Como los esmaltes son productos orgánicos apolares (insolubles en agua) se necesitan disolventes potentes, como la acetona. Esta, además de secar la uña, elimina su capa grasa y la de la piel que entre en contacto. Posee un olor fuerte que puede llegar a ser irritante.
Existen alternativas de disolventes como el lactato de etilo, natural y biodegradable, que no maltrata la uña y que, formulado con aceites como el de ricino, puede protegerla.
En general, lo mejor es intentar dejar las uñas sin pintar al menos un par de días a la semana para que transpiren. Lucirán así más fuertes y bonitas.