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Déjate llevar por tu corazón
Seguramente sea lo que mejor te funcione, escoger aquel diseño que sientas como tuyo, sin importar cómo sea. Al fin y al cabo, un vestido de novia es lo que una quiere que sea un vestido de novia. Si la ilusión de tu vida es casarte de rojo, ¿por qué no vas a hacerlo?
Sé tú misma
El proceso de elección de tu vestido de novia es aquél en el que tienes más motivos que nunca para ser tú misma y las decisiones deben ser totalmente tuyas. Es cierto que deberás mirar blogs y webs de boda para ver cuáles son las tendencias en bodas, pero lo que realmente importa es que te sientas tú misma con el modelo que elijas.
Si eliges un vestido que no tenga nada que ver con tu estilo, se notará y quedará muy postizo. No debes nunca comprar un vestido que sea ‘lo último’ pero que no te favorezca.
No lleves demasiados acompañantes a la prueba del vestido
Aunque no lo creas, las opiniones, vengan de quien vengan, siempre influyen y más aún cuando se trata de elegir tu vestido de novia. Por eso, no vayas con mucha gente a las pruebas. Es más difícil guardar el secreto, hay menos tranquilidad y más opiniones. Lleva solamente a una o dos personas con las que estés cómoda y tengas mucha confianza, ¿tu madre y tu hermana?”. Y es que el vestido es lo más esperado de una boda y, por tanto, debe ser el secreto mejor guardado de toda novia.
Elige el corte y el color que más te favorezcan
Las novias deben escoger un modelo con estilo y discreción. Una novia no debe ir demasiado exagerada, debes destacar tus puntos fuertes pero con delicadeza y tienes que saber qué quieres destacar y qué disimular.
Cada anatomía es distinta y, para que el resultado sea perfecto, hay que tener en cuenta lo que más realce tu físico, de esta forma el gran día podrás estar preciosa y radiante sin dejar de ser tú misma. Además tendrás que elegir bien el color, ya que no a todas las pieles les va bien el mismo tono de blanco. Lo mismo ocurre con los apliques, en oro, en plata… Si no sabes qué te sienta mejor, puedes hacerte un estudio de color y encontrar cuales son las tonalidades que te hacen brillar y aquellas que te apagan para acertar con la elección.
Di ¡NO! a los nervios
Aparca los nervios y disfruta de los preparativos. La boda pasa muy rápido, no dejes que el estrés te arruine los meses previos, recuerda que lo más importante de la boda ya lo tienes y es la persona que te está esperando al final del pasillo.
Elige comodidad y calidad
La comodidad es muy importante, pero que no debes pensar que estar guapa y cómoda es incompatible. Si llevas un vestido demasiado ajustado, no podrás disfrutar del banquete y te arrepentirás, escoge uno que te permita lo más importante, disfrutar del gran día. Asimismo, elige tejidos de calidad y si tú no entiendes mucho de telas, que te acompañe alguien que tenga más conocimientos.
Ten en cuenta la idea de hacerte el vestido a medida
Muchas novias no contemplan esta opción porque piensan que es mucho más caro acudir a una modista que le confeccione un modelo a medida. Pero no es así, la relación calidad-precio es mucho mejor de lo que puedas encontrar en cualquier tienda de vestidos de novia. Te sentará como un guante ya que lo harán sobre tu cuerpo y será único, no habrá otro igual.
Si no quieres hacértelo a medida, recomendamos escoger un vestido de catálogo y personalizarlo. De nuevo, busca aquel que te haga sentir tú misma y personalízalo con algo que lo haga diferente: un aplique en la cintura o cadera, un tejido diferente, un complemento arriesgado… ¡Que refleje tu personalidad!