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Durante muchos años los puros, abanicos, alfileres, espejos y velas fueron los regalos top que los novios daban a sus invitados. Incluso las peladillas tuvieron su momento de gloria.
Hay quienes eligen ofrecer detalles distintos entre hombres y mujeres, y quienes buscan ante todo que el regalo sea útil y no se deje olvidado encima de la mesa. Lo que todos tienen en común: que el pequeño obsequio que los comensales se llevan a casa sirva de recuerdo del día ‘B’, ya sea por el monograma de los novios, por la fecha serigrafiada, o simplemente por el cariño con el que se ha escogido ese regalo.
En lo que respecta a tendencias, lo que regalamos también ha cambiado, los novios se centran en los detalles útiles y los bestseller de rabiosa actualidad; algunas sorpresas superventas: los palos selfie y las tazas personalizables con tiza, también muy en sintonía con la tendencia de las bodas DIY.
Los novios buscan artículos prácticos y económicos, que no se queden en un cajón. Muchos se decantan por regalos para los niños, como los juegos de ingenio, las mochilas de colorear o los cepillos de dientes con reloj de arena.
Un tip para novios despistados en esto de hacer regalos es empezar categorizando a los invitados; por ejemplo por grupos de amigos, parejas con niños y regalos infantiles; y también por grado de cercanía; una tendencia potente este año ha sido la de hacer regalos individuales al equipo de bridesmaids, además de a otros seres queridos y personas relevantes en la ceremonia, como los testigos, las damitas de honor y pajes encargados de llevar las arras y flores, y a los padres y abuelos de los novios.
Los detalles también pueden elegirse de modo que vayan en consonancia con la celebración, y tener una doble utilidad: un parasol, unas bailarinas, una toalla de playa o una pashmina pueden volver a usarse después de la boda, sirven para solventar las inconveniencias del clima en el día ‘B’, y quienes se las lleven a casa recordarán este día cada vez que den uso al regalo. Si se decantan por un detalle comestible, mejor que sea algo que no requiera ser ingerido en el momento (por ejemplo, no elegir un detalles de chocolate en pleno mes de julio), porque los invitados ya han tenido, probablemente, comida más que de sobra durante la celebración.
Mejor cuanto más prolongada sea su utilidad, incluso si es en la cocina de casa. Algunos ejemplos gourmet: un saquito de especias, granos de café, sal marina, aceite de oliva o té.