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La planificación de una boda lleva meses de trabajo, la lista por perfilar es larga, desde las grandes decisiones, como la localización, el tipo de ceremonia, la decoración, el estilo, etc… A los pequeños detalles que marcan igualmente la diferencia.
Conseguir la boda que siempre has soñado, ya sea romántica, minimal, clásica, bohemia… es posible, sólo hay que tener presente estas sencillas reglas.
Define tu boda: Es fácil si te haces la pregunta adecuada: ¿qué deseo? La respuesta sólo depende de ti. A partir de aquí puedes ir perfilando la boda con coherencia, según tus gustos y personalidad.
Estructura tu boda desde los cimientos: Lo primordial es decidir dónde, cuál es el sitio de tus sueños. Hay que elegirlo pensando además en la comodidad de los invitados.
Cuida el catering y el menú: En España, existe una oferta gastronómica variada y de calidad. Por esta razón, el menú de la boda es uno de los puntos principales a tener en cuenta.
Mide los tiempos: Gestiona bien los tiempos. Que vaya todo rodado, sin largas esperas y tampoco prisas. Lo ideal es un equilibrio y que el día fluya de manera natural. Al final, este factor es el que hace que una boda sea inolvidable.
Crea la atmósfera con las luces: El ambiente reside en la iluminación y puede ser de muchos tipos: decorativa, en el caso de fachadas o jardines; focal, a la hora de crear puntos de atención; matizada en las mesas; creativa en la zona de fiesta, etc. Todo ello en armonía define el ambiente de la boda así como el resto de la decoración.
Mantén una mirada atemporal: La moda es efímera. ¿Cómo se verán las balas de heno como asiento dentro de diez años? No te obsesiones con las modas y sé fiel a ti misma. Opta por una decoración en armonía con tu estilo. Los detalles son la guinda del pastel siempre que estén elegidos con cuidado y coherencia, y sean de calidad.
Di sí a la música en directo: En la ceremonia, durante el cóctel, la cena, para el baile… La música en directo crea atmósfera, nos envuelve y nos prepara a nivel físico para compartir emociones. Esta puede ser una de esas decisiones que sorprenda positivamente a vuestros invitados.
Apuesta por la naturalidad: Adiós a la rigidez de otras épocas. Hoy el acierto reside en un protocolo relajado, manteniendo este espíritu durante toda la boda, disfrutaréis al máximo todos, tanto ustedes como los invitados.
Di sí a las clases de baile: ¿Bailar no es tu punto fuerte? Con unas cuantas clases, además de liberar tensiones, aprenderán los pasos necesarios para abrir el baile, restando motivos de estrés para el gran día.