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Pocas veces vemos a novias en editoriales de boda, lookbooks e incluso pasarelas llevando gafas.
Y las gafas son un accesorio más, que debe elegirse en armonía con las facciones, el color del maquillaje y la manera en que el vestido se adapte a los hombros.
La novia con gafas no es una imagen común en las revistas y sin embargo sí lo es en la vida real: una gran mayoría de mujeres que no suelen llevar lentes de contacto a menudo se decantan por llevar sus gafas al altar, precisamente por seguir la misma máxima que recomiendan todos los maquilladores y estilistas de siempre, siempre, sentirse una misma en el día de la boda.
Las gafas no plantean un problema en el día a día cuando estamos hechas a ellas, pero ¿qué pasa cuando hay que adaptarlas a un maquillaje especial? El maquillaje de novia, en especial el que concierne a los ojos, está pensado para potenciar al máximo la luminosidad de la piel y la mirada, y la manera en que potenciamos los ojos tiene un papel fundamental en ese proceso.
Es importante resaltar la mirada más de lo que haríamos habitualmente, y podemos hacerlo de dos maneras: agrandando el ojo visualmente en los casos de miopía, perfilando el ojo en la parte exterior para contrarrestar el efecto de la graduación (lo hace más pequeño), o buscando el efecto contrario, delineando la línea interior del párpado donde nacen las pestañas si la novia es hipermétrope.
Cinco ‘mandamientos’ a seguir para un maquillaje especial que combine con nuestras gafas:
Iluminar.. Primero aplicando iluminador en la zona del lagrimal, y después bajo el arco de la ceja.
Potenciar. Con sombras en tonos claros y neutros, además de máscara de pestañas waterproof que de volumen y densidad en el contorno del ojo.
Profundizar. Delineando el ojo con lápiz, que puede ser marrón o negro dependiendo del resto del maquillaje. El lápiz puede difuminarse después con un pincel para rebajar la dureza del eyeliner.
Definir. En este terreno las cejas son esenciales, porque enmarcan la mirada y son la tercera ‘pata’ en el triunvirato formado por cejas-pómulos-nariz. La forma de las cejas debe estudiarse con tiempo y a poder ser con un esteticista, para evitar el ensayo-error de última hora. También es importante no tocarlas una vez hayamos dado con la forma definitiva, que debe diseñarse unos cinco o seis días antes de la boda.
EVITAR… es importante recordar que las gafas actúan por sí mismas como un accesorio y que atraen atención hacia una zona concreta de la cara. Es lo mismo que llevar un cat-eye o un rouge de labios: el rostro ya tiene un protagonista. Es decir, hay que mantener el resto del look bajo control, muy especialmente en la zona superior de la silueta (hombros, rostro y peinado). También es recomendable evitar las sombras potentes, ya que pueden emborronar la mirada, y evitar usar lentes que no sean anti-reflejantes, ya que el flash de la cámara puede hacer que los ojos no aparezcan en la fotografía.