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Para organizar la ubicación de los invitados durante la recepción de boda, lo ideal es numerar las mesas, para luego indicarles su lugar.
Este sistema puede transformarse en una idea original, si reemplazas los aburridos y típicos carteles por otros de diferentes materiales o por diversos soportes.
De esta forma, pequeñas macetas, pizarras, árboles en miniatura, y adornos varios, pueden reemplazarlos y complementar la decoración de tu boda.
Claro que el uso de números no es la única alternativa. Puedes identificar cada mesa haciendo referencia a otros elementos, como flores, países, libros favoritos, algo relacionado con ustedes como pareja, etc.
Las posibilidades son casi infinitas, pero es necesario tener en cuenta algunos consejos para conservar la originalidad y lo práctico de la idea:
Comparte la idea con tu pareja: elige algo que les guste a ambos. Puede tratarse de alguna afición en común, preferencias, recuerdos o detalles relacionados con la vida en pareja. La idea es que sea algo compartido y significativo para los dos.
Mantén la coherencia: selecciona elementos relacionados entre sí, que correspondan a una misma categoría. No recurras a conceptos aislados simplemente porque te traen recuerdos o porque no pudiste decidirte entre varias opciones. Si la relación tiene algún sentido que sólo la pareja conoce, puedes agregar una pequeña explicación.
Entonces, si eliges fechas significativas, incorpora una breve descripción: “día en que nos conocimos”, “nuestra primera cita”, etc. Además, puedes inspirarte en la decoración de la boda.
Piensa primero en la cantidad: considera cuántas mesas tienes antes de optar por una idea. De lo contrario, puede suceder que te resulten insuficientes o que superen la cantidad. Aunque no es requisito que coincida perfectamente, lo ideal es que el número sea el mismo en el caso de categorías cerradas. Por ejemplo, si elijes los meses del año, trata de contar con 12 mesas.
Intenta combinarla con la decoración de la boda: no siempre tiene que ser así, pero lo importantes es que no sean temas contrapuestos o difíciles de vincular. Por ejemplo, si la decoración de tu boda es elegante y sofisticada, evita seleccionar los personajes de dibujos animados preferidos de tu infancia.
Si por el contrario, tienen una decoración de estilo campestre, cargada de flores, puedes seleccionar nombres de árboles o plantas.